¿Sabes recibir el regalo de la gracia?
Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres (Lucas 1:28).
Cuando el ángel habla con María, la llama “muy favorecida”. La palabra original tiene que ver con la gracia. De ahí que el conocido rezo católico “Ave María” utilice la expresión “llena eres de gracia”, ya que la idea del texto de Lucas es algo parecida. El ángel le anuncia que va a recibir un regalo de Dios, y que debe sentirse alegre y bendita por ello.
Porque si de regalos se trata, a María se le dio un regalo impensable: convivir de forma tan cercana con el Salvador. ¿Quién querría asumir tal regalo?
Es bueno que en esta época del año practiquemos, en su justa medida, el darnos regalos. Pero es bueno hacerlo de la forma adecuada. Recibir no es fácil y lo notamos en estos días. Aunque hay alegría, también hay momentos menos buenos. Comparamos unos regalos con otros, pensamos que nos gastamos poco o que no se lucieron con nosotros. Hay mucha culpa, decepción, incomprensión y orgullo. Orgullo que se muestra cuando presumimos y que se procura ocultar cuando envidiamos.
En parte, todo esto viene porque creemos que recibir está unido a merecer. Aprender a vivir en gracia es en sí mismo un regalo. Esto lo vemos en la persona que recibe algo, por muy pequeño que sea, y se alegra porque alguien ha pensado en ella, porque supone que hay un corazón que le quiere. Siente el privilegio de que alguien se haya fijado en ella así, sin más, sin necesidad de pensar en si lo merece o no.
Estos días tenemos la oportunidad de recordar el verdadero sentido del regalo. No sólo María fue llena de gracia, sino que la tierra completa tiene la oportunidad de recibir a su Salvador, el que dio de gracia y nos enseñó a dar de gracia.
¡Feliz Navidad!
Autor:
Efraín Martín
Socio Consejeros Bernabé